domingo, 31 de julio de 2011

Gustavo Gorriti: Ollanta hizo bien en invocar la Constitución de 1979



Gustavo Gorriti, periodista galardonado y director de IDL-Reporteros, plantea aquí los retos que le esperan al gobierno de Ollanta Humala, cuestiona algunos nombramientos en el gabinete y defiende la iniciativa presidencial de invocar el ‘espíritu democrático’ de la Carta Magna nacida de la Asamblea Constituyente de 1979.

Por Raúl Mendoza

Gustavo Gorriti: Ollanta hizo bien en invocar la Constitución de 1979En otros gobiernos el primer ministro ha sido un coordinador entre ministerios y también un pararrayos del presidente. ¿Salomón Lerner podrá cumplir ambos papeles?
–No creo que a Lerner le falte capacidad de coordinación, y en cuanto al papel de pararrayos va a tener que hacerlo de todos modos. Habrá que ver si necesita de otras cualidades. En un gobierno con un conjunto de gente inexperta en un porcentaje mayor de lo habitual, empezando por el presidente, el primer ministro va a tener una gran responsabilidad para gerenciar algo tan grande y complejo como el aparato estatal. Su responsabilidad va a ser más alta de lo que ha sido en otros gobiernos. Y va a ser crucial en los primeros meses.

–¿Pero Lerner entra en el perfil que se necesita hoy para cumplir con esas tareas?
–Lerner es un buen concertador y organizador, y una persona con talento para el trato interpersonal. Tiene contactos empresariales, comerciales, diversos, y eso le va a ser de ayuda. Si le va a ir bien o no, lo veremos en unos meses. También va a tener que evitar los problemas relacionados con su propia acción en el ministerio, y va a estar sometido a una fiscalización fuerte porque su actuación en el pasado no ha estado ausente de la controversia.

–Como en la campaña electoral, las críticas a Humala van a ser fuertes. Va a necesitar ‘escuderos’, gente que defienda sus iniciativas
–Me imagino que va a tener una gran cantidad de voluntarios. He oído a personas que durante la segunda vuelta lanzaban ataques estridentes y ahora encuentran que Humala es lo mejor que sucedió. Aquello que Álvaro Vargas Llosa predecía en una entrevista, de que buena parte de la gente que estaba atacando a Humala iba a disputarse el puesto a codazos en la cola para el besamanos, se ha cumplido con creces. No le van a faltar defensores.

–Hay posiciones a favor y en contra del mensaje presidencial. ¿Cuáles serían los puntos destacables?
–Fue un discurso coherente. En nuestra tradición política los discursos son verbosos, largos, en detalle, cuando deberían ser cortos, simples, al punto. Marcar las líneas más globales, los objetivos a cinco años, y luego en los hechos dedicarse a gobernar. De los temas tocados destacaría la defensa de la democracia y el énfasis que puso en la necesidad de luchar contra la pobreza con una incorporación plena de todos los peruanos al Perú, a la patria. Siempre se dice, pero creo que esto fue dicho de forma más clara y específica, hablando mucho de inclusión.

–¿Fue provocador que recordara el ‘espíritu’ de la Constitución del 79? 
–No. Me pareció bien que lo hiciera. La Constitución de 1979 sucedió a una dictadura y expresó la esperanza en la restitución democrática del país. Y fue cortada por un golpe de Estado –en 1992– que hizo después una Constitución a su medida. Pero el espíritu democrático está representado en la Constitución del 79, y Ollanta hizo bien en invocarla. El hecho de que las protestas las encabezaran Martha Chávez y Luz Salgado indica dos cosas: primero, es grotesco ver a las guaripoleras del montesinismo posando como defensoras de la constitucionalidad; y, en segundo lugar, que ha regresado el Halloween y vamos a tenerlo por los siguientes cinco años.

–¿El fujimorismo va a jugar un papel importante en los próximos cinco años o será una fuerza aislada en el parlamento?
–Todo indica que por ahora están semiaislados y que por ahí va a haber un ala dura y un ala más o menos moderada.

–El gabinete ha contentado un poco a todos. ¿A usted también?
–Es un grupo interesante, pero no es un gabinete de estrellas ni con grandes personalidades. Es un gabinete cumplidor con gente muy diferente entre sí.

–En los ministerios de Defensa e Interior se ha nombrado a dos militares en retiro, Daniel Mora y Óscar Valdés. ¿Cree que fueron decisiones acertadas?
–Me parece un error, al margen de sus cualidades personales. Provienen de una formación militar y, ahora que tenemos un presidente que es un comandante retirado, era particularmente importante tener civiles ahí con una distancia de los intereses institucionales, de las pugnas que hay en esos institutos y con una visión pro sociedad civil. Hasta ahora, sin que haya excepción, a todos los militares que han estado en Interior les ha ido mal. Y eso por una razón: tratan de establecer una posición imperiosa sobre la policía y ellos reaccionan con resistencia pasiva. Espero que Valdés nos sorprenda con una gestión hábil.

–A propósito de lo ocurrido en el 2006 con los tránsfugas y gente que traicionó a Humala, ¿de quién debe cuidarse?, ¿hay gente poco confiable en su entorno?
–Creo que hay muchas personas a la que habrá que seguir muy de cerca, con telescopio en unos casos y con lupa en otros, para ver lo que están haciendo. Hay gente sobre la que se puede albergar una suposición que necesitará ser investigada a fondo. No tiene ningún sentido que mencione nombres. Sería necio de mi parte hacerlo, sé de quiénes se trata, a dónde debo mirar, pero por elementales reglas de probidad investigativa los nombres salen cuando los hechos están investigándose.

–Presidentes como Rafael Correa o Evo Morales han tenido enfrentamientos con la prensa. ¿Ollanta Humala puede tomar el mismo camino cuando los medios lo cuestionen?
–Humala ha declarado su respeto a la libertad de prensa y expresión. Ha sido enfático y hay un juramento sobre ello. Espero que lo siga firmemente. No todos entendemos lo mismo por libertad de prensa. Mi concepto de libertad de prensa no es el mismo que maneja la gente de Montesinos y Fujimori, y que ahora la enarbolan y mueven como un sinónimo de la defensa de sus intereses empresariales. En el mundo existe un concepto de libertad de prensa y expresión, que es el que defienden organizaciones de prestigio como el Comité para la Protección de Periodistas o Reporteros sin Fronteras.

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