Rosario nunca estuvo en nevado Bomboya

Registro de sus llamadas la compromete más en
desaparición de Ciro.

Reporte telefónico revela que sólo estuvo en zona de Yanque. Doctora que la atendió contó que lo primero que preguntó tras su rescate fue “dónde está mi gorra”.

Las nuevas versiones que ha hallado la policía en torno al caso de la desaparición de Ciro Castillo estarían apuntando con más precisión a una culpable de un presunto caso de homicidio, Rosario Ponce.

Un reporte de llamadas entregadas al fiscal del caso indica que Rosario Ponce recibió una llamada el 6 de abril, mientras estaba desaparecida, en un lugar cercano a la zona de Yanque y no en el nevado Bomboya donde ella dijo que estuvo perdida.“Yanque está a 15 kilómetros de distancia y no habría forma de confundirse”, señaló el papá del estudiante desaparecido hace 109 días. 

“Llamó la atención saber quién podía haber recibido la llamada en Yanque en el teléfono de Rosario o es que ella ya no estaba en el cerro Bomboya y recibía la llamada en ese lugar”, dijo el padre de Ciro.

Según el reporte telefónico, entregado por la propia mamá de Rosario, la joven habría hablado por celular 19 veces entre el 4 y el 8 de abril, de las cuales, siete fueron para el suboficial de la Policía Peter Ríos, que pertenece a la Unidad de Salvamento de Alta Montaña y que ya fue citado por el ministerio Público para que declare cómo fue el rescate de Rosario. 

La situación de la joven empeora porque en esos días la batería de su celular se había agotado, según ella misma afirmó, por lo que deberá aclarar dónde cargó la batería o si de verdad estuvo perdida, como insiste.

De otro lado, Luzgarda Teniente, doctora del centro de salud de Chivay y una de las primeras personas que tuvo contacto con Rosario, afirmó que se mostró muy extrañada por la actitud de la joven cuando llegó al referido hospital, debido a que lo primero que preguntó fue por su gorro, en vez de preocuparse por su acompañante o por su estado de salud. 

Finalmente, dijo que también le causó cierta extrañeza el hecho de que la joven hubiera tenido las piernas completamente mojadas y frías, como si hubiera estado sumergida en el agua por mucho tiempo.