martes, 10 de abril de 2012

Familiares de mineros atrapados no pierden la esperanzas de verlos pronto sanos y salvos



  • Sotiene esposa de líder de grupo de obreros
ANDINA/Norman Córdova
ANDINA/Norman Córdova
Por Lesly Bahamonde, enviada especial
Yauca del Rosario, Ica, abr. 10 (ANDINA). Si bien batallan con la impaciencia, los familiares de las nueve personas atrapadas en la mina Cabeza de Negro, en Ica, no pierden las esperanzas de verlos sanos y salvos, dijo hoy Marisol Cucho (28), esposa de Roger Pariona, quien se encarga de organizar a sus compañeros y de mantenerlos con buen ánimo.

“Cuando me enteré de esta noticia me llene de angustia y tristeza, pero ahora hemos recobrado la ilusión porque los trabajos para rescatarlos están avanzando. No perdemos las esperanzas”, declaró a la Agencia Andina


Cucho, quien tiene sus hijos con Pariona, indicó que se mantendrán en vigilia toda la noche y los días que sean necesarios desde el campamento que han improvisado y donde preparan ollas comunes, para proveer de alimentos a todo el personal que trabaja, de manera ininterrumpida, para rescatar a sus seres queridos.

“Hemos recobrado las esperanzas porque el Gobierno, autoridades y empresas nos están apoyando. Ahora nos sentimos más tranquilos”, manifestó. 

José Luis Pariona, hermano de Roger, indicó que trabaja intensamente en las labores de rescate, porque, además, su padre, Jacinto Pariona, también está atrapado en la mina. 

“Por momentos siento una gran angustia porque mi padre y mi hermano están adentro, pero sé que debo mantenerme con la mente positiva para verlos pronto”, manifestó.



La mina Cabeza de Negro, en el sector de Quilque, del distrito de Yauca del Rosario, está ubicada a unos 38 kilómetros de la ciudad de Ica. El camino es bastante agreste, estrecho, peligroso y zigzagueante. En una camioneta particular se puede llegar en unas dos horas. 

La ministra de la Mujer y Poblaciones Vulnerables, Ana Jara, señaló que hacia las 21:00 horas del lunes se había logrado reducir la distancia que separa a los mineros con el mundo exterior a solo tres metros, de un total de ocho metros de derrumbe iniciales.

Los especialistas que llegaron a la mina construyen un túnel encofrado de madera para rescatar a los nueve obreros.

La técnica constituye un trabajo delicado en vista de que las rocas de la zona son muy frágiles, y se aplica con el fin de avanzar con una mayor seguridad hacia donde están los mineros.


El armado del encofrado o cuadros tipo arcos se lleva a cabo con troncos traídos especialmente al lugar de la emergencia.

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