Recordando el huayco que inundó Matucana el 14 de febrero de 1959

Un día como hoy, hace 51 años, es decir el 14 de febrero de 1959, Matucana sufre la inundación de la ciudad, a causa de un huayco de grandes proporciones que baja por la quebrada de Payhua, esta gran masa de lodo y piedras, acompañado de gran cantidad de vegetales y todo aquello que encuentre a su paso, al llegar a su desembocadura represa al río Rímac formando un dique natural que al romperse, el caudal del río hablador se desvía cruzando la Carretera Central y la línea férrea entrando a la ciudad, inundando su recorrido desde el hospital San Juan, hasta la cuadra 1 del jirón Lima.

En ese entonces, las casas en su gran mayoría eran de material rústico, es decir con cimiento de barro y piedras, sus paredes de adobe y sus techos de calamina. Forma de construcción costumbrista vulnerable al agua. Casi el 70% de las viviendas colapsaron, felizmente casi sin víctimas mortales que lamentar, salvo un ciudadano que vivía en la cuadra 6 del jirón Lima, de origen chino que se dedicaba al comercio, por negligencia de no salir de su vivienda, pese a las recomendaciones de familiares y vecinos, falleció aplastado bajo el techo de su propiedad.

Nos cuentan testigos presenciales, que el Hospital San Juan, en aquel tiempo a cargo de la Beneficencia Pública de Matucana, se inundó totalmente, los enfermos con ayuda del personal del nosocomio, salían a refugiarse en el cementerio, el mismo que queda muy cerca y fuera del alcance de las aguas. Ese año se encontraba como administrador el enfermero don Encarnación Cipriano Yupanqui, muy conocido con el apelativo de “Don Chipi” la referencia concreta que nos dio de sus labios, era que “dispuse que saliéramos al cementerio, considerando que era un lugar seguro, nos instalamos en la capilla atendiendo lo necesario, pero llegó el momento en que ya no había espacio y lo que hicimos fue llevar a los enfermos a los mausoleos, sí, muchos de los enfermos descansaron esa noche en los espacios vacíos reservado para los féretros. Al día siguiente llegaría ayuda del gobierno” Recordemos que el enfermero Encarnación Cipriano Yupanqui, cuyo apelativo Don Chipi, es el diminutivo de Cipriano, se ganó el aprecio de la población por su carácter servicial, atento y cortés. Puedo decirles que tengo la suerte y el orgullo de que este hombre tan querido en la quebrada media y alta del Rímac, haya sido mi padre.

El mismo cuadro de desgracia se repite la tarde del domingo 21 febrero de 1983, de lo que fuimos testigos podemos decir, que luego de una torrencial lluvia de casi 20 minutos, de la quebrada de Payhua cae otro huayco de gran dimensión y de la misma forma represa el río Rímac, interrumpiendo la escorrentía normal de su caudal de pleno invierno que carga más de 70 metros cúbicos por segundo, formando un dique que al romperse, inunda a Matucana nuevamente después de 24 años. En esta oportunidad, los daños son algo menores que en 1959, no hubo víctima mortal de lamentar, ya que las viviendas son más seguras, pero la tensión, la emoción negativa que afecta al poblador matucanense y la interrupción de la Carretera Central conjuntamente con la vía férrea por más de 5 días, causa mucho malestar en el transporte de pasajeros y carga que consecuentemente trae el desabastecimiento de la ciudad de Lima.

Debemos agregar que el desastre de 1959, dio lugar al AA HH Huaripache, que albergó los damnificados, a consecuencia de la pérdida de sus casas y que precisamente hoy, celebra también su 51º aniversario. Extendemos saludos cordiales a su directiva y a toda su gente.

Siempre diremos que la prevención es lo primordial para ahorrarnos muchas desazones, diremos también que la desidia e inactividad de los responsables, porque no decirlo, también de nosotros mismos, nos incomoda y nos involucra en el desconsuelo.

Matucana, 14 de febrero de 2010