Néstor Roque Solís*
Los planes de gobierno de los candidatos tienen que especificar el tipo de ciudad que quieren construir, la que debe ser para todos, mejor que la actual, más nuestra, más solidaria, más hermosa, donde el bien común y el bien privado funcionen en armonía, lo cual será posible si tenemos gobernantes modernos y competitivos que promuevan las inversiones públicas y privadas en la región para no tener pan para hoy y hambre para mañana.
Esta política debe tener por objeto mejorar la calidad de vida de todos los ciudadanos, fortalecer las instituciones y las empresas públicas y privadas de la región, potenciar los atributos de cada una de nuestras ciudades, mejorar la colaboración y coordinación entre los sectores público y privado y organizar un sistema responsable de articulación en su nivel nacional, regional y comunal.
No se debe despreciar la inversión privada en una economía donde ella coloca ocho y el sector público dos. Fundamentalistas que reniegan de la inversión privada sólo ahuyentan a los empresarios que generan empleo y desarrollo. La gobernanza es la estrategia del desarrollo eficiente y eficaz de las inversiones públicas y privadas experiencia por donde han caminado países como Chile, Brasil y Colombia con mucho éxito en los últimos años.
NELSON CHUI PROMOTOR DE LA INVERSION PÚBLICA Y PRIVADA
La región Lima necesita de más inversionistas y empresas mineras, metalúrgicas, agroindustriales, avícolas, pesqueras, turísticas y de servicios como Plaza del Sol o Plaza Vea para darle valor agregado y calidad a nuestros recursos naturales e infraestructura. Sólo se les pide a ellos responsabilidad social empresarial y cumplimiento de las normas de medio ambiente.
Quien candidato bobo pretendería gobernar la región solo con los pocos recursos que le transfiere el gobierno central, que en promedio es entre 50 a 100 millones de soles anuales de transferencias para bienes de capital (obras) para atender los 128 distritos y 9 provincias. Solo algún despistado y profesional mal informado puede pensar que un gobierno regional puede funcionar de esa manera estatista en pleno siglo veintiuno, donde el trabajo en redes y cadenas de todos los eslabones productivos y comerciales es una necesidad vital en la nueva economía y libre mercado para mejorar la productividad y calidad de los productos y servicios y atender adecuadamente a los clientes y consumidores.
En este terreno el Ingeniero Nelson Chui Mejía del Movimiento La Familia puede dar cátedra de gestor eficiente y de buenas relaciones interinstitucionales. Un gobernante moderno y competitivo es el que mantiene diálogos, acuerdos, compromisos y resultados inteligentes con autoridades locales y regionales. El candidato de La Familia ha sido en estos cerca de cuatro años un gestor de primer nivel, pero al mismo tiempo ha sido un promotor y facilitador de la inversión pública y privada nacional e internacional.
LAS PATOCHADAS PROGRAMATICAS DE JAVIER ALVARADO
Pero es alarmante escuchar a los voceros de la campaña electoral del candidato Javier Alvarado cuando unos dicen sí a la inversión privada en primera plana y otros al día siguiente lanzan cualquier patochada en contra de las empresas privadas más importantes de la región. Ni los dirigentes más calificados del socialismo en Cuba y China plantearían este disparate en contra de las empresas privadas, cuando todos ellos están abriendo sus economías a las inversiones privadas para atender sus necesidades de empleo y desarrollo.
¿Con que propuesta de sus voceros se queda usted señor Javier Alvarado? ¿Usted va a perseguir a las empresas avícolas, los bancos y las mineras? ¿O usted va ser un promotor y facilitador de la inversión privada en la región?
Mientras se ponen de acuerdo en el Movimiento del señor Alvarado, todo es desorden político y programático en las filas del candidato del sur que genera la dicotomía de sus dirigentes que van desde la línea extrema de la izquierda, hasta la línea radical de la derecha del Opus Dei. Nadie se puede oponer democráticamente a la actividad política de las personas, pero para la gobernabilidad de la región Lima se requiere equilibrio y estabilidad en sus dirigentes y gobernantes. Caso contrario se viene la crisis política y programática como ya lo demuestran sus voceros públicamente: Unos dicen sí a la inversión privada en Punta Salinas y otros hacen notar su preocupación por las buenas relaciones que mantiene el Ingeniero Nelson Chui Mejía con empresarios e inversionistas privados de la región y del país.
Nosotros decimos: ¡Sí a la inversión pública y privada con responsabilidad social! ¡No a la improvisación en la gobernabilidad regional! ¡No más rifa con el futuro de la región! ¡No a las patochadas de planes de gobierno! ¡No a la política de pan para hoy y hambre para mañana! ¡No al traslado de la sede del gobierno regional de Huacho a Cañete! que intenta y muestra el candidato del sur Javier Alvarado del Valle.
Mientras tanto en las filas candidato de La Familia del Ingeniero Nelson Chui Mejía, todo es tranquilidad política y seguridad programática, por el cual cada día recibe adhesiones de partidos nacionales y movimientos locales y regionales por su capacidad de gobernante serio y responsable, y concertador efectivo con el sector público y privado para un segundo gobierno del Movimiento La Familia.
Desde esta tribuna, nosotros seguiremos proponiendo temas de gobernabilidad y de desarrollo humano para nuestros pueblos y territorios. Quien deja de pensar, deja de existir y nosotros todavía existimos para seguir poniendo en agenda el debate alturado y responsable el tema de la competitividad, modernización y calidad de vida para la provincia y la región.
*Presidente del Instituto de Gobierno y Desarrollo Corporativo (IGDC)
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