Que el gobierno tenga sus simpatías, sus afinidades con el estilo mafioso-neoliberal del Fujimorismo, puede no ser tan grave a los ojos de algunos; que el presidente se pase la vida mandando indirectas y haciendo campaña por el continuismo, preocupa; pero que use el poder que el pueblo y el Estado le han dado para conspirar contra un candidato que no es de su agrado, es realmente grave.
Y eso es lo que ha hecho, como lo advirtió con anticipación este diario, al revelar los detalles del Plan Sábana y del uso de los servicios de inteligencia y los equipos de escucha suministrados por Estados Unidos, en vulgares acciones de espionaje del candidato de Gana Perú, como lo ha confirmado un diario en cumplimiento de un deber de la democracia.
Tiene razón por ello el candidato de indignarse y exigir explicaciones y precisiones en torno a si los equipos usados para grabar las conversaciones del entorno del postulante del cambio en democracia son de la Dirandro o de la embajada de Estados Unidos, lo que lleva implícita la pregunta de si esos equipos, suministrados por ese país para la lucha contra el tráfico de Drogas, se usaron con fines distintos, para servir los intereses y caprichos del autoritario gobernante, que parece seguir empeñado en impedir que sea presidente quien él, a todas luces, no quiere.
Tienen razón el candidato y todos los ciudadanos preocupados por la salud de la democracia, al indignarse y condenar el uso indebido de los servicios de inteligencia del país, cuya misión es la defensa nacional y la evaluación de situaciones para ayudar al gobierno a tomar decisiones y no deben ser utilizados con fines políticos particulares y protervos.
Es ciertamente preocupante la confirmación de nuestras denuncias y temores, que ensombrece el clima de fiesta cívica que rodea las vísperas de la histórica jornada electoral de mañana.
Los hechos han confirmado la veracidad de nuestras revelaciones, una a una, desde el uso (fracasado) de un personaje de televisión para atacar al candidato del cambio hasta la revelación de audios y videos manipulados o las acusaciones de supuestas acciones indebidas del aspirante presidencial. Los hechos han puesto en ridículo a quienes trataron de negar la veracidad de las denuncias.
Ante la grave situación planteada por la confirmación del espionaje, cabe recordar que un hecho similar registrado en Estados Unidos hace unas décadas, dio lugar a la destitución del presidente de ese país.
La ciudadanía debe estar alerta pero serena, sin caer en provocaciones, para defender la voluntad popular y hacer respetar el voto ciudadano ante posibles acciones manipuladoras de quienes han demostrado que no tienen respeto por la democracia y parecen ser capaces de cualquier barbaridad para someterla a sus posiciones sectarias y excluyentes.
Y eso es lo que ha hecho, como lo advirtió con anticipación este diario, al revelar los detalles del Plan Sábana y del uso de los servicios de inteligencia y los equipos de escucha suministrados por Estados Unidos, en vulgares acciones de espionaje del candidato de Gana Perú, como lo ha confirmado un diario en cumplimiento de un deber de la democracia.
Tiene razón por ello el candidato de indignarse y exigir explicaciones y precisiones en torno a si los equipos usados para grabar las conversaciones del entorno del postulante del cambio en democracia son de la Dirandro o de la embajada de Estados Unidos, lo que lleva implícita la pregunta de si esos equipos, suministrados por ese país para la lucha contra el tráfico de Drogas, se usaron con fines distintos, para servir los intereses y caprichos del autoritario gobernante, que parece seguir empeñado en impedir que sea presidente quien él, a todas luces, no quiere.
Tienen razón el candidato y todos los ciudadanos preocupados por la salud de la democracia, al indignarse y condenar el uso indebido de los servicios de inteligencia del país, cuya misión es la defensa nacional y la evaluación de situaciones para ayudar al gobierno a tomar decisiones y no deben ser utilizados con fines políticos particulares y protervos.
Es ciertamente preocupante la confirmación de nuestras denuncias y temores, que ensombrece el clima de fiesta cívica que rodea las vísperas de la histórica jornada electoral de mañana.
Los hechos han confirmado la veracidad de nuestras revelaciones, una a una, desde el uso (fracasado) de un personaje de televisión para atacar al candidato del cambio hasta la revelación de audios y videos manipulados o las acusaciones de supuestas acciones indebidas del aspirante presidencial. Los hechos han puesto en ridículo a quienes trataron de negar la veracidad de las denuncias.
Ante la grave situación planteada por la confirmación del espionaje, cabe recordar que un hecho similar registrado en Estados Unidos hace unas décadas, dio lugar a la destitución del presidente de ese país.
La ciudadanía debe estar alerta pero serena, sin caer en provocaciones, para defender la voluntad popular y hacer respetar el voto ciudadano ante posibles acciones manipuladoras de quienes han demostrado que no tienen respeto por la democracia y parecen ser capaces de cualquier barbaridad para someterla a sus posiciones sectarias y excluyentes.
La Primera
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