martes, 3 de febrero de 2015

Albergue del hospital Rebagliati benefició a 900 pacientes infantiles en 2014


  • 50% de casos son oncológicos y hematológicos
Lima, feb. 03. Unos 900 pacientes menores de edad del hospital Edgardo Rebagliati, de los cuales el 50% son oncológicos y hematológicos, fueron acogidos el año pasado en la Casa Ronald Mc Donald, albergue para personas de escasos recursos económicos, que acaba de cumplir un año de funcionamiento. 

Casa Ronald McDonald albergó a 900 pacientes infantiles y a sus familias durante el 2014. 
Actualmente el nivel de ocupación de sus 62 camas es del 90%. Son exclusivas para las familias provincianas que vienen para tratamientos prolongados: padres cuyos hijos deben ser hospitalizados o menores que necesitan un ambulatorio y ya tiene esta casa a donde llegar.

Mónica Pfeiffer, coordinadora de programas de la Asociación Casa Ronald McDonald del Perú, explicó que optaron por una alianza con el Rebagliati porque se trata de un centro de referencia nacional en lo pediátrico.

Coincidió con la visión del hospital Rebagliati, que durante la actual política de humanización del Seguro Social de Salud (Essalud), impulsada por su presidenta ejecutiva, Virginia Baffigo, buscaba brindar comodidad y calidad de vida a los asegurados de escasos recursos económicos del interior del país y que no tienen familia en Lima.

Precisó que Essalud paga el alquiler de la casa y los servicios, mientras que la asociación se encarga del trabajo administrativo. Las familias son previamente evaluadas por la asistenta social del hospital Rebagliati.

Por su parte, Malú Arias Schreiber, gerente de la Red Asistencial del hospital Rebagliati, indicó que el 70% de los pacientes pediátricos del nosocomio son de provincias, ya que es un centro que ve temas de oncología, hematología y operaciones complejas.

“La idea es ampliar este tipo de alianzas estratégicas a las otras redes no solo de Lima, sino también de Chiclayo, Arequipa, Iquitos, hospitales nacionales que reciben pacientes de los sitios más alejados de las provincias”, comentó Arias.

Mónica Pfeiffer cuenta que la asociación planea para este fin de año abrir una segunda casa, ahora en Surco.

En la de Jesús María, tienen casos de estadías prolongadas. Muchas veces reciben a pacientes que vuelven cada mes para su tratamiento, son sus caseritos, que llegan felices porque sienten que este es su segundo hogar. 

Casos
No todos tienen una madre que les acompañe. María Luisa Serna (20 años) es la mejor hermana del mundo, ha venido desde Ayacucho acompañando a su hermanito Frans (4). La madre de ambos está enferma y a María Luisa, como hermana mayor, le toca suplantarla.

Hace dos semanas que Frans salió de alta y el jueves le harán el “aspirado de médula”, una prueba para saber si la leucemia, tras los fuertes tratamientos que ha recibido, no lo volverá a atacar o persiste. Frans no tiene donantes y María Luisa ora todos los días “para que se limpie su médula”, y puedan volver a Ayacucho.

No conocen a nadie en Lima y todas las madres que hay en la casa de Jesús María son sus madres. Los dos salen temprano todos los días para los controles de Frans en el Rebagliati y María Luisa sigue las normas del hogar albergue: cada dos días limpia la parte que le consignan, y puede hacer uso de la cocina y de la lavandería.

Juana Llanos (33) sabe lo que es dormir en las bancas de un hospital, de bañarse de noche y lavar sus ropas casi a escondidas. Así la pasó la primera vez que vino desde Arequipa a Lima para hacer tratar a su hijo, Lenin, porque a los siete años le detectaron una malformación arteriovenosa cerebral. Como en Arequipa no hay neurocirugía pediátrica, le dijeron que venga a Lima.

El año pasado empezó de nuevo a visitar el Rebagliati. Ya le retiraron una parte de la malformación y espera la fecha para una última operación para su niño, que tiene 13.

Dice que es muy triste tener a la familia lejos: su esposo y su hijo menor están en Arequipa. “Era bien triste, pero la casa Ronald ya es un alivio. Estoy muy agradecida, es nuestro segundo hogar”. Dice que también tienen talleres de manualidades y a veces hacen tardes de películas, para no desesperar en esas largas esperas.

Las personas interesadas en realizar donativos pueden comunicarse al correo electrónico casaronaldperu@casaronald.org.pe. Todos podemos ayudar a esta noble causa.

No hay comentarios:

Publicar un comentario