Escribe: Nestor Roque Solis
La tierra y el agua es la riqueza que todas las aprecian y la necesitan los de arriba y los de abajo: la tierra y el agua hoy es altamente rentable en el mundo rural y urbano. Por eso las empresas como Wong, las avícolas, las ganaderas y los chilenos compran cada día más tierras para sus corporaciones y los pequeños parceleros cada día venden sus pequeñas parcelas por la crisis que padecen.
Encada cuenca de la región Lima nos estamos quedando sin tierras eriazas y forestales, casi todas ahora ya tienen dueños a las buenas o a las malas: no es raro ver correr balas y heridos entre protectores de inversionistas, empresarios y comunidades campesinas en defensa de su pedazo de tierra.
Como Lima Capital y el Callao ya no dan para más para su crecimiento y atención con los servicios básicos para una población cercana a los 10 millones de habitantes, los ojos de los empresarios y ejecutivos públicos y privados están en el territorio del norte y sur chico de la región Lima: por eso han crecido y van a seguir creciendo las ciudades de Huacho, Huaral, Chancay, Aucallama, Cañete, Asia, Chilca, Mala y Cerro Azul entre otros.
Ante esta agresividad industrial y social urbana el único camino que le queda a la agricultura familiar campesina es su asociatividad, planificación estratégica, tecnologías,buenas prácticas agrícolas, riego tecnificado, producción orgánica para lograr productos limpios, sanos e inocuos para los clientes y consumidores que cada día exigen calidad y precio.
Pero es necesario advertir que para transformar estos proyectos en realidad hay que superar importantes obstáculos. No sólo se requieren organismos estatales capacitados y eficientes -lo que en muchos casos implicará una ardua tarea de reconstrucción sobre tierra arrasada-sino también una cantidad considerable de recursos fiscales, algo no tan sencillo cuando las declaraciones de los referentes económicos por estos días que el Presidente PPK y su Primer Ministro Fernando Zavala solicitan facultad es al Congreso para aprobar un paquete de medidas para reactivar la economía y promover el crecimiento del PBI en el país.
La nueva orientación agraria debe contemplar, entre otros elementos, una protección razonable del valor agregado y el empleo digno, abordar los desequilibrios existentes, una legislación antimonopólica que ponga un límite al poder de las grandes corporaciones (incluyendo la particular situación delos servicios públicos privatizados y de las grandes cadenas comerciales pública y cooperativa para apalancar recursos para el sector agrario.
ElArt. 30ª de la ley de Bases de la Descentralización señala que la regionalización se orienta a la constitución de regiones sostenidas, en base al sistema de cuencas y corredores económicos naturales, articulación espacial, infraestructura y servicios básicos para generación efectiva de rentas. Pero todavía estamos en pañales en el cumplimiento de este postulado que se hace necesario para hacer cambios rápidos y efectivos en favor de la agricultura familiar campesina que es el sostén de la seguridad alimentaria en el país.
En realidad, la falta de una adecuada política pública hacia las pymes tiene una raíz más profunda en la concepción política que tratan de imponer los gobernantes de turno. Para muchos de ellos el pensamiento del libre funcionamiento de los mercados, la iniciativa privada y un marco de estabilidad macroeconómica son suficientes para asegurar el crecimiento económico y el desarrollo social de la agricultura. La propia noción de políticas activas era hasta hace poco severamente criticada por los principales funcionarios económicos y sus mentores ideológicos.
En los últimos tiempos se habló de todo de la agricultura regional y el mundo rural, incluso un candidato despistado por la región Lima propuso regalar tractores y camiones a los agricultores, pensando que solo con tractores y camiones se resuelve el problema de la agricultura campesina. Cuando el programa agraria pasa por lograr planes estratégicos y herramientas para mejorar el acceso al crédito y a los servicios técnicos,integrar a las pymes en las estructuras productivas locales y promover sus exportaciones.
Hay que revitalizar a las pymes y asegurar su crecimiento es esencial para contribuir y superar buena parte de las deficiencias estructurales de la sociedad peruana. Su aporte resulta decisivo en la generación de empleos, en el aumento de la producción, en el desarrollo regional, en la innovación tecnológica, en la democratización del poder económico y en el mejoramiento dela distribución del ingreso.
El perfil de las políticas agrarias hacia las pymes debe contemplar -como enseña la experiencia internacional-el desarrollo de programas descentralizados más cercanos a las necesidades regionales y locales, el impulso a la formación de redes de empresas, cámaras empresarias, universidades y municipios y la promoción de proyectos asociativos y de colaboración empresarial (cooperativas, consorcios, etc.).
Todos sabemos, que cuando se aprueban nuevas medidas económicas la pita se rompe siempre por la parte más débil la pequeña y mediana agricultura campesina, pero poco se afecta a los grupos económicos importadores y exportadores que en los últimos años aumentaron su riqueza y su participación en el ingreso: los grandes grupos económicos extranjeros y locales, los acreedores externos, las personas físicas de altos ingresos, los grandes evasores y los corruptos que también existen en la agricultura peruana.
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