martes, 30 de abril de 2013

Diplomático ecuatoriano es acusado de insultar y golpear a dos mujeres


Diplomacia es sinónimo de cortesía, caballerosidad, elegancia y buen comportamiento. Sin embargo, todos estos conceptos habrían sido ajenos para el embajador del Ecuador en el Perú, Rodrigo Riofrío Machuca, a quien dos mujeres, madre e hija, denunciaron por insultos y golpes en un supermercado del distrito de Magdalena.

La denunciante identificada como Cristina Castro contó, en un reportaje del programa Día D, que ella junto a su hija se encontraban, por separado, comprando en un conocido supermercado, y cuando llegó al puesto de embutidos se acercó a la despachadora para solicitarle un producto. En ese momento, el diplomático ecuatoriano le increpó de forma agresiva habérsele adelantado en la fila.

Ante este panorama poco gentil, la mujer le dijo a la despachadora que no tenía problemas en esperar y que siguiera atendiendo al “caballero”. Sin embargo, el embajador Riofrío no se dio por enterado y comenzó a vociferar, lanzando –según la denunciante-frases deplorables contra los peruanos.

“Fui a pedirle el embutido (a la despachadora) y el señor (Riofrío Machuca) me dijo: ‘¡cómo es posible que usted no respete que yo estoy primero!’. Entonces, yo le dije a la señorita del mostrador que lo atienda primero. Pero no quedo ahí, este hombre empezó a decir ‘así son los peruanos pues… peruanos ignorantes. Es por eso que este país no avanza, está lleno de indígenas”, contó Cristina Castro.

La denunciante se retiró del puesto de embutidos y se encontró con su hija, quien al ver a su madre tan mortificada, le preguntó qué había pasado. Ya enterada de lo sucedido fue en busca de Riofrío Machuca para reprocharle su matonesca actitud, sin tener idea de lo que ocurriría.

“Mi hija le dice a este señor: ¡usted le ha faltado el respeto a mi madre! Y él responde: ¡¿qué le pasa a estas locas?! La mujer que acompañaba a este sujeto también nos agrede y dice: ¡qué le pasa a estás cholas de m…!”, relata la denunciante.

La discusión sigue empeorando. “En respuesta, mi hija le dice: ¿cuáles locas? y le da un lapo (cachetada) no muy fuerte (al sujeto). Y él arremete con una revista, la golpea, le cae en el ojo a mi hija”, cuenta Castro.

Pero si la actitud del embajador de Ecuador ya era más que condenable, no queda allí. Cuando ve que la mujer intenta acercarse a su hija, que estaba resentida por el golpe en el ojo, empieza a cachetearla.

“Yo le dije, todavía el Perú le da la oportunidad y usted viene…, pero él inmediatamente me respondió: ¡yo soy un turista y con el pago de mis impuestos le doy de tragar!”, contó la afectada.

La hija de la denunciante y la acompañante del embajador se fueron a las manos. Sin embargo, el diplomático lejos de separarlas se sumó al ataque, y les propinó patadas y puñetazos a nuestras compatriotas. La gresca se trasladó a los exteriores del supermercado cuando el embajador y su pareja intentaban dejar la escena del incidente. Lo que no sabían es que varios compradores estaban registrando las escenas en sus celulares.

ERA EMBAJADOR
Varios hechos extraños ocurrieron una vez fuera del supermercado. Un lujoso auto negro llegó para rescatar al embajador y su pareja. Sin embargo, las afectadas y los testigos no los dejaron marchar. “¡Bájese!”, le decían.

Ante los gritos, el embajador bajó del auto como se observa en las imágenes y se dirigió con su acompañante a la sede diplomática para resguardarse.

Un policía en la zona no intervino ni hizo caso a las denuncias. Es más trató de defender al embajador e incluso lo escoltó a la residencia ecuatoriana. “Es que él tiene otras cosas…”, dijo. A lo que la denunciante replicó: “¿Tiene más derechos que yo?”.

“Es embajador”, dijo un policía, y fue aquel el momento en que recién todos supieron que se trataba de un diplomático, a todas luces sin diplomacia.

Producto de los golpes, Castro tiene las piernas moreteadas. Su hija terminó con el ojo morado y demás hematomas.

¿COMPLICIDAD?
Día D, el programa que hizo pública esta denuncia, para tratar de obtener imágenes de lo sucedido ese día, se comunicó con representantes de la Municipalidad de Magdalena para visualizar las cámaras de seguridad instaladas fuera del supermercado.

Un vocero de la comuna, le informó que las cámaras de seguridad “estaban en reparación” y que por tal razón, no contaban, según ellos, con ninguna imagen del incidente.

Antes de colgarle el teléfono a la reportera, el vocero se fue de boca: “¡Están huevones!”, dijo.

El supermercado en el que ocurrieron los hechos, también se negó a brindar las imágenes. Informaron que solo proporcionarán videos de sus cámaras a la policía o al Poder Judicial.

EL DATO
Este violento y vergonzoso hecho ocurrió el pasado domingo 21 de abril, en el distrito de Magdalena del Mar.


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