Escribe: Alfonso Bernable Naupa
Guapa mujer Ayacuchana viste un traje típico de su tierra. Foto: RedRímacNoticias. |
Nuestro país es un destellante crisol de
culturas regionales que tienen en sus trajes y vestidos una de sus
características más notorias. En la iconografía de los trajes y vestidos
tradicionales se palpa, se siente y se aprecia la memoria colectiva de las diversas
generaciones que plasmaron su armoniosa relación con la Pachamama, la flora, la
fauna y sus Apus tutelares. Allí podemos encontrar desde un chilliku (grillo),
las hojas del trebolchay, los Apus Mayu y Amaru, entre otros. También podemos
encontrar hechos históricos y la inquebrantable fe del runa. De esta manera los
trajes y vestidos tradicionales son portadores de la memoria e identidad
colectiva de un determinado pueblo. Todo traje o vestido tradicional tiene
implícitamente una connotación simbólica para quien lo usa, asimismo, actúan
como un agente de cohesión social, delimitando la pertenencia del grupo social.
Por consiguiente, cada distrito y cada pueblo de nuestro país tiene en sus
trajes y vestidos, su legado histórico más preciado que pervive y lucha por
mantener su esencia ante los empellones de la moda que impone la modernidad
occidental.
En nuestra cultura tradicional no existe
el “arte por el arte” o del “arte puro”. Lo bello acompaña a lo instrumental;
por ello las prendas de vestir, los útiles, las herramientas y las vasijas se
decoran para hacerlos más agradables y más humanos. Asimismo, se dice que “el
mundo animal” es un invento del hombre andino que domesticó la llama y la
alpaca, no por su carne sino para obtener lana, materia prima del tejido.
La influencia occidental en algunos casos
fue hábilmente asimilada por la población rural que enriqueció sus atuendos con
productos de las fábricas citadinas, por lo tanto la memoria histórica de los
trajes y vestidos tradicionales de nuestro país es un libro abierto que nos
invita a escudriñar y conocer los usos y costumbres, así como las diversas
cosmovisiones regionales. La influencia occidental en algunos casos aceleró su
evolución y en otros dio lugar a la aparición de variaciones, enriqueciendo más
nuestro acervo cultural plasmado en los atuendos tradicionales.
Diversos trajes y vestidos en el frontis del salón Paracas del Mueso de Nación, cede del Ministerio de Cultura. Foto: RedrímacNoticias. |
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